Los galardonados Inhabitans, empezaron muy fuerte de acorde a lo que son, tres chicas y cuatro chicos muy jóvenes que demuestran maneras y prometen hechos. Una puesta en escena minimalista donde ellos son el alma. Nos sorprendieron en un comienzo fulgurante de plasticidad con una coreografía. No entiendes nada, solo vislumbras algo sobre la evolución en sus movimientos. En una supuesta habitación van apareciendo personajes con nada en común, ni siquiera la época. La curiosidad empieza a picarte y vas comenzando a comprender poco a poco. Se presentan conceptos como la justicia, la bondad, la fidelidad... distintas situaciones amenazadas siempre por el mal intrínseco a la Humanidad. El final es un futuro no tan incierto que pudiera ocurrir, méritos estamos haciendo, es una oda a la vida, un mensaje social... se agota el Tempo.
Giorgio, Sofía, Irene, Marta, Quim y Miguel nos removieron las conciencias. Un espectáculo sin tiempos muertos, pleno de movimiento, donde incluso se atrevieron a hacer pinitos de canto con extraordinaria valentía. Y no es fácil, sobre todo si sabemos que les falta la batuta de un director, estos mismos estudiantes ilerdenses se bastan y se sobran para hacerlo con desparpajo, les seguiremos la pista.
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